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Eran otros tiempos. La comunicación se daba de otro modo, no se si mejor o peor, pero de otro modo al fin. Eran las épocas de escribir cartas de puño y letra, los días de esperar que esa carta llegue felízmente a destino y luego seguir esperando que alguien se digne a responderla. Y tras larga espera, las cartas llegaban, después de todo así se comunicaba la gente.
En este caso el club de fans de Frehley's Comet tenía su sede en Wappingers Falls, NY, Estados Unidos y para mí eso era lo mismo que Kamchatka, Helsinki o Singapur, tierra de nadie, pero yo felíz como perro con dos colas por haber recibido noticias desde el más allá...
Esta carta está conservada así como se ve en la fotografía del post: intacta, inmaculada, como nueva. Por esas vueltas de la vida, o simplemente por (también) querer conservar este ejemplar, nunca envié la solicitud y a cambio la guardé en mi colección. Han pasado 25 años, la carta sigue encarpetada y, tal vez, haya alguien esperando aún por recibir noticias mías allá en Estados Unidos. Una pena, nunca recordé avisarle que no le había vuelto a enviar la solicitud... Lost in space...
Marcelo